miércoles, 23 de noviembre de 2011

Genética y alcohol




Estudios recientes demuestran que existe una fuerte predisposición genética que lleva al alcoholismo. Esto echa por tierra dos arraigados prejuicios: que a los jóvenes hay que “enseñarles a tomar” y que es fácil abandonar las bebidas alcohólicas.


Campeones mundiales
Chile es el país con más cirrosis hepática del mundo, ocupando el séptimo lugar en el ránking mundial de consumo de vino, que representa un tercio del alcohol que se ingiere al año. En países con mayor consumo de alcohol, como Francia o Alemania, éste casi siempre se toma junto con grandes comidas. Así es menos nocivo para el hígado que concentrado durante el fin de semana con el único propósito de embriagarse.

700.000 alcohólicos en Chile

Estudios proporcionados por el Ministerio de Salud demuestran que unos 700 mil chilenos son alcohólicos. Ello significa pérdidas estimadas en dos mil millones de dólares al año, contando la baja en la productividad, muertes prematuras y gastos médicos y sociales.
Alcohol mas I.V.A

Y aún hay más. El alcohol es el culpable del 42% de los accidentes de tránsito, el 50% de los homicidios, el 60% de otros delitos y el 68% de las hospitalizaciones.
Mujeres se "modernizan"








Pero decir que Chile es un país bastante alcoholizado no es novedad. Lo que ahora llama la atención es que los adolescentes toman desde muy chicos y que a este grupo se han incorporado las mujeres. Aunque es difícil medir el grado de alcoholismo en los jóvenes estadísticamente, su consumo ha aumentado en 300% desde la década del 50. Y si en esa época había una mujer bebedora por cada diez hombres, ahora es una por cada cinco. Algunos opinan que las mujeres toman alcohol como una consecuencia más de la lucha por la igualdad. "Es parte de un fenómeno cultural que va desde la competencia por los mismos trabajos, hasta que ellas manejan las relaciones y llaman a los chiquillos para salir", explica Ramón Infante, director del colegio Pablo de Tarso.




Uno de cada diez termina en alcoholismo juvenil
La mayoría queda ahí, pero alrededor del 10% se transforma en alcohólico. Aunque en las últimas décadas ha variado la definición de esta enfermedad, existen dos conductas que definen esa condición. Un joven es alcohólico cuando necesita tomar todos los días o cuando se emborracha cada vez que toma porque no tiene capacidad de parar.

Genética mas ambinete
Pero el componente genético, según el psiquiatra Raúl Schilcrut, también es determinante. Estudios norteamericanos han comprobado que el cerebro de ciertas personas convierte el alcohol en una sustancia química de gran dependencia.
El cuerpo humano transforma el alcohol en acetaldeido, sustancia muy tóxica, que, luego de un proceso químico, felizmente se elimina como dióxido de carbono y agua. En personas genéticamente predispuestas, en cambio, una pequeña cantidad del venenoso acetaldeido no es eliminada y se va al cerebro donde se convierte en THIQ. Esta sustancia, la misma que produce el cerebro con la heroína, es un sedante de fuerte grado de adicción, mayor que el de la morfina, por ejemplo.

Pierde el control y se hace adicto


Su cerebro va guardando esta sustancia hasta que, en algún momento de la vida, se transforma en alcohólico. No se sabe por qué a algunos les ocurre jóvenes y a otros, ya jubilados. Lo cierto es que esa persona se siente impulsada a beber aunque sabe que se está dañando. Pierde el control sobre su consumo y el dejarlo trae síntomas de abstinencia, como ansiedad y temblores. Está enfermo.

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